¿Cuántas veces has acudido al médico y descubres que cada miembro de la comunidad sanitaria tiene una visión parcial de tu historial médico? Hasta que se implanto el historial clínico electrónica este sucedía en cada visita a tu centro de salud. Mejor no pensar en el bloqueo sanitario si debías acudir a una consulta médica fuera de tu comunidad autonómica, toda una aventura. Es aquí donde el Big Data entra en juego.
Hoy en día ha mejorado mucho la situación, el historial de un paciente es accesible y compartido dentro del sistema sanitario público autonómico, aunque la situación sigue siendo bastante compleja si estás fuera de tu autonomía y mucho más si cuentas de forma simultánea con un seguro privado. Se asemeja a tener dos vidas paralelas, aquella que se rige por la sanidad pública y aquella que se registra en la sanidad privada, sin ningún tipo de conexión.
Si este gran volumen de datos se agruparan, consolidarán y analizaran desde un lugar accesible los profesionales de la sanidad podrían tomar mejores decisiones, aplicar diagnósticos más concretos y, por supuesto, agilizar los trámites y las esperas de pacientes.
Pero no se limita al historial de un paciente y agilizar un diagnóstico, eso solo es el principio, el Big Data tiene infinitas aplicaciones, entre ellas, la investigación. Disponer de los datos de análisis de un gran volumen de la población permitiría analizar e investigar patologías concretas, con simples herramientas de decisión clínica según datos estadísticos fiables, se pueden desarrollar algoritmos predictivos para evitar en lo posible determinadas enfermedades o mejorar la eficacia de los medicamentos.
Las ventajas del Big Data en la sanidad
Las repercusiones más directas sobre la aplicación de Big Data en el conjunto de la sociedad, ya sea en la cultura, la educación o la sanidad son infinitas. En el modelo sanitario, y en el general el sector de la salud, big data permitirá un análisis de datos, tanto de historiales clínicos como de análisis médicos, así como la mejora inmediata de los centros de salud, la administración y la documentación científica que se genera, almacena y explota en investigación.
Además de recoger los datos más básicos como nuestro nombre, sexo y edad, también se pueden almacenar aquella información no estructurada como las recetas de papel, los registros médicos, las notas manuscritas de médicos y enfermeras, las grabaciones de voz, las radiografías, escáneres, resonancias magnéticas, TAC y otras imágenes médicas.
Según el informe de la Fundación Rock Health, “Big Data in digital Health”, donde analiza la situación actual y el potencial del Big Data en el mundo de la salud, gracias al Big Data se produciría en el sector de la sanidad una transformación de la información, una mejora en el autocuidado y las prácticas de hábitos saludables, así como un soporte adecuado para aquellos profesionales que ejercen cuidados médicos a domicilio o en centros de tercera edad. Por otro lado, el informe apunta que el Big Data y el procesamiento adecuado de los datos facilitará la concienciación de la población en cuanto a los hábitos vida saludable y logrará reducir los riesgos de enfermedades que se han generado en países evolucionados debido al estilo de vida y a la sociedad actual.
Como aplicar Big Data en la sanidad
Por un lado, el sector sanitario podría recoger datos del control de la salud de un paciente de forma telemática, incluso desde su móvil. Por ejemplo, una embarazada que sufra diabetes gestacional podría remitir desde su móvil todos los datos diarios que recoger su medidor de azúcar y recibir consejos o recomendaciones del endocrino cuando los niveles superen los rangos, esto aumentaría la agilización durante la consulta, así como tranquilizaría a la futura mamá por su estado de salud respecto a su diabetes.
Por otro lado, se podrían analizar y extraer estadísticas en tiempo real sobre los hábitos de vida de los grupos más o menos amplios de población, permitiendo detectar los déficit de salud más acuciantes y atender las necesidades más urgentes de sus miembros, los beneficios que representa este cambio de tendencia en la atención sanitaria se multiplican exponencialmente.
Dentro del sector sanitario, el Big Data es un aporte inconfundible a la mejora del sistema sanitario desde todos sus aspectos, incluso las empresas farmacéuticas quieren ponerlo en marcha para afinar sus productos y comprobar la eficacia de nuevos medicamentos.
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