Las empresas quieren mejorar su rendimiento, captar más clientes, clientes exigentes y con definidas preferencias, y aumentar sus beneficios. Tarde o temprano, aplican la inteligencia empresarial o el business intelligence. La finalidad de analizar los datos de los clientes, sintetizar toda la información y ofrecer un producto o servicio mucho más ajustado a sus necesidades.
Antes del Business Intelligence
Pero cuando hablamos de business intelligence, las empresas quieren mucho más de esta estrategia. No solo un volumen de datos para reajustar campañas de marketing. Por un lado, buscan que la información de la que disponen se pueda visualizar de tal forma que sea mucho más comprensible. Por otro lado, desean que el business intelligence, gracias a su carácter predictivo, les ayude a tomar decisiones de negocio. Lo ideal es la combinación de ambos. La visualización de datos nos ayudará a comprender la información y a analizarla de forma más rápida. En consecuencia, detectaremos cual es la tendencia hacía la que se inclinan nuestros clientes, con la finalidad de tomar la mejor decisión para el negocio.
Además, una empresa que se plantea introducir el business intelligence, así como cualquier otra estrategia empresarial, debe marcarse unos objetivos concretos, que sean medibles y alcanzables. Por supuesto, que se integrarán en un plan de actuación. Es imprescindible medir nuestros resultados, para ello establecemos indicadores y métricas, que ayudarán a la empresa a priorizar las acciones.
El Business Intelligence entra en la empresa
Tras dar los primeros pasos, que son imprescindibles para alcanzar el éxito, podemos implantar el business intelligence con seguridad en nuestra empresa.
Cuando el software llega a la empresa, tenemos que implantarlo y ponerlo en marcha. Llega el momento de definir los grupos de usuarios. Existen tres grupos de usuarios. Usuarios generales de informes. Productores y analistas que evalúan el material de los datos. Y finalmente, los planificadores y directores que deciden los objetivos. Cuando ya se han definido, llega el momento de involucrarles en la estrategia. Se puede realizar un prototipo para que se manejen con la herramienta o dar formación sobre el software para agilizar la intrducción al BI.
Si la empresa arranca con este sistema no hay problema, ya que empezarán todos los empleados desde cero a trabajar de forma simultánea en la empresa y en business intelligence. Pero si es una nueva estrategia que adapta la organización, tendrá que realizarse un volcado de datos. Es fundamental que los datos se almacenen de forma correcta para lograr el éxito con BI.
Y por último, la empresa debe comprender, así como cada empleado, que un proyecto o estrategia BI se encuentra en evolución constante. De tal forma que siempre habrán modificaciones, nuevas entradas de datos y nuevas soluciones.
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