Hace 25 años el británico Tim Berners-Lee lanzaba la World Wide Web. Aunque Internet nació en 1969, la World Wide Web se creó como sistema de distribución de documentos de hipertexto o hipermedios interconectados.
La primera página web, que todavía está disponible en su dominio original, se lanzó el 6 de agosto de 1991. En un principio, sólo era accesible para usuarios dentro del CERN. Sin embargo, el 23 de agosto se invitó a personas fuera del CERN a acceder a este dominio. Así que hoy se celebra oficialmente el día del Internauta.
Internet y la sociedad
Podríamos decir que Internet y la posibilidad de convertirnos en internautas activos ha cambiado nuestra forma de ver el mundo y de participar en él. Ha influido a todos los niveles, tanto particular como comercial. La forma de comunicarnos ha cambiado radicalmente. Ya no descolgamos el teléfono, ni buscamos una cabina para llamar a casa y decir que llegamos tarde. Tampoco, esperamos ansiosos frente al telefóno fijo la llamada de los amigos para quedar o buscamos desesperados en el periódico la cartelera del sábado por la noche. Todo eso ha quedado atrás.
Aquellos padres que hace 20 años se reían y reían a sus hijos por pasar horas conversando en un chat, aquellos que decían “en Internet solo hay locos perturbados”. Ahora viven conectados a Internet, publican las fotos de sus nietos en Facebook y comparten los videos de sus perros por whatsapp. Hace 20 años no estábamos locos por pasar horas delante de un chat, por navegar por simples y rudimentarias páginas web, ni por opinar en los foros, simplemente nos estábamos adaptando a un futuro prometedor.
El miedo a lo desconocido que ofrecía entonces Internet se ha disipado, ha desaparecido entre la población. Hemos pasado de ser hace 20 años los “bichos raros” que perdían en tiempo delante del ordenador, ha ser “bichos raros” sino estamos registrados en Facebook, Twitter, Linkedin y mil plataformas más.
Gracias a Internet ha cambiado nuestra forma de comunicarnos con las personas, escribimos a la velocidad de la luz con nuestros pequeños smartphones, publicamos nuestra felicidad o tristeza en facebook, opinamos abiertamente de los que sucede en el mundo, incluso nos apuntamos a plataformas para conocer al amor de nuestra vida. Aunque esto, muchos “bichos raros” ya lo hacíamos hace 20 años en un chat y funcionaba, tanto como funciona ahora.
Hasta tal punto hemos interiorizado estar presente en Internet, que tenemos curriculums virtuales, indicamos nuestras preferencias, gustos y necesidades en el registro o alta de cualquier plataforma social y el email se ha convertido en lo más personal que tenemos.
Y las marcas no han sido tontas. Se han sumado a los cambios, han absorbido nuestra información y datos, con una única finalidad conocer mejor a sus clientes y llegar a ellos desde Internet.
Las empresas sucumben a Internet
Cientos de veces habremos escuchado esa frase en boca de directivos de empresas rudimentarias, tradicionales y familiares: “estar en internet, ¿para qué?”. Para que al final, sucumban al hecho irremediable de que estar presente en la Internet, disponer de una página web y estar en redes sociales, es sinónimo de estar vivo.
Las empresas han aprendido a comunicarse de nuevo con sus consumidores. Los canales que usa para comunicarse con los clientes han evolucionado e innovado como son chat, redes sociales, foros, blogs y webs. Absorbiendo cada palabra, cada comentario y cada opinión que tiene el consumidor, con el fin de adaptarse mejor a las necesidades que reclaman. Han aprendido a gestionar los clientes (CRM) de una forma mucho más efectiva.
Hasta el marketing es diferente, la radio o la televisión quedan relegados por soportes modernos y creativos, donde Internet se convierte en el gran sustento. El marketing se expande entre las webs y redes sociales como banners, videos o imágenes cargados de storytelling, llegando al corazón de los usuarios. Teniendo en cuenta que pasamos más horas mirando nuestro móvil y navegando en Internet, que delante de la televisión podemos decir a gritos que eso de “Internet es una moda”, es otra frase más para el olvido.
Y qué decir de las compras, eso daría para un artículo entero. Antes ir de compras era un día entero, metidos en un centro comercial, de tienda en tienda, buscando esa prenda de ropa que teníamos e imaginábamos, incluso que veíamos a nuestra celebrities. Todo eso es cosa del pasado. Ahora buscamos por Internet, comparamos precios, buscamos opiniones y con un clic, tras unos 4 días, tenemos en casa el producto sin movernos del sofá. Pasamos de las compras de “a pie” al “ecommerce”. Aunque esto parece estar costando un poquito más, los “bichos raros” ya estamos más que acostumbrados a comprar entradas de conciertos, leggins, tecnología y cualquier producto que necesitemos. Las fronteras se han roto y si queremos un producto solo tenemos que entrar en Google, buscarlo y comprarlo.
Que la forma de vivir ha cambiado, quizás no tanto, seguimos madrugando, yendo a trabajar a la oficina, tomamos vacaciones en verano y vamos a la playa. Que la forma de comunicarnos y establecer vida social, de comprar, de buscar trabajo, de mostrar nuestra experiencia laboral, de estudiar, de compartir experiencias y de informarnos sobre todo lo que sucede en el mundo ha cambiado es un hecho sin retorno, así que feliz día del internauta en especial a aquellos “bichos raros” que supieron ver los cambios y a pesar de las críticas siguieron siendo unos internautas felices.
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